La Cruz de Monte Arruit.
La cruz de Monte Arruti era hasta hoy un libro inencontrable. Publicado en 1922, un año después del Desastre de Annual, y agotado rápidamente, nunca desde entonces se había vuelto a editar. En él, Enrique Meneses Puertas, el padre del famoso fotógrafo, cuenta su peripecia cuando desde Francia, donde disfrutaba de una vida social intensa derrochando su fortuna, toma la decisión de alistarse en los Regulares de Melilla para enfrentarse a Abd-el-Krim y vengar la carnicería sufrida por las tropas españolas, donde fueron masacrados, torturados, mutilados y asesinados diez mil hombres a manos de los rifeños, y donde el autor resultaría gravemente herido. Una narración emocionante y sorprendente que describe el ambiente de los españoles en el París de los alegres veinte y a continuación el contraste del ambiente bélico del Magreb, la guerra desde dentro, y es también una crítica feroz a los militares y los políticos, que desde Madrid o Melilla toman decisiones egoístas, cobardes o simplemente equivocadas.
Estamos en el París de la primera posguerra y Enrique Meneses Puertas, con una buena herencia en las manos, lleva la vida de un perfecto playboy. Vive con criado, tiene un Levasseur último modelo, una avioneta Bréguet, y alterna la capital francesa con Biarritz. En una de esas recepciones, en Villa Morisco, en 1921, mi padre escuchó una conversación entre los chóferes españoles que habían traído a sus señoritos desde San Sebastián. “Mira éstos, divirtiéndose mientras el pueblo español llora el desastre”... Aquella misma noche, él y dos amigos tomaron la carretera de San Sebastián a Madrid. La aventura se cuenta con detalle en su libro, publicado en 1922, La Cruz de Monte Arruit. El ejemplar que yo tenía desapareció en mis viajes. Cuando entrevisté a Abdel-Krim, en El Cairo, el líder rifeño allí exiliado me enseñó el libro, pero se negó a regalármelo.